No hay maestros de Zen

Voy a continuar con la charla del rol del maestro y lo haré con una historia de un maestro chino, va así: El gran maestro zen Huang Po entra a grandes zancadas  al salón y les dice a los monjes reunidos “ustedes son todos son sordos de escoria si continúan así cuando verán el aquí y el ahora, no saben que en toda China no hay maestros de Zen” un monástico se adelanta y le dice “¿entonces qué pasa con todas esas personas como usted que establecen lugares zen a los que los estudiantes acuden como pájaros?” A lo que el maestro responde “no digo que no haya zen, solo que no hay maestros”.

 Esta es la historia, lo que nos está tratando de enseñar es que el maestro es uno mismo pero de otra manera también necesitamos un guía, un maestro simplemente nos va ayudar en el camino pero el maestro no puede caminar por nosotros, que no va haber nadie que pueda hacer por ti tu despertar. Uno mismo tiene que aprender a sentarse, a hacer el esfuerzo, la práctica del zen es una experiencia propia y única que a través de la meditación que le pongamos y luego empezar a practicar nuestra tensión en la vida cotidiana o el “mindfulness” que es estar atentos en nuestra vida, es como cultivamos la práctica y de la misma forma vamos a empezar aprender de uno mismo, aprender como este cuerpo o ser funciona, darnos cuenta de cómo funcionamos, tenemos sentimientos, pensamientos, deseos, todo eso empezar a entenderlo, la raíz del zen es aprender lo que estamos haciendo en nuestra vida, entender lo que llamamos humanidad, esta historia es de una charla del maestro Norman Fischer, luego voy a citar unas frases que él dice: “la práctica no significa solo una práctica formal que ocurre en templos y salas de meditación, significa comprender y vivir una vida humana entre todos nosotros” es el primer paso, uno de los grandes despertares en nuestra práctica es cuando vemos cada actividad en la vida como en verdad es nuestra práctica, todo lo que el trabajo, relaciones, quehaceres en el hogar se vuelven una gran oportunidad para la práctica, la práctica  no es vernos en zoom o ir a la sala de meditación, eso es la práctica formal, al principio si hay una dicotomía, hay una separación de que tengo mi práctica pero no sabemos cómo relacionarla con todo lo que hacemos fuera del cojín, en si es hacer esa integración, esa separación que tenemos, la practica con la sangha o el cojín y todo lo que hacemos en las 23 horas porque una se la dedicamos a la meditación, entonces hacer toda esa integración, ese puente es donde es la práctica y como la vamos a ver, la vamos a ver retornando, regresando al aquí y ahora, claro es importante planear, no significa estar todo el tiempo ido sino tener planes, aspiraciones la diferencia es que no nos van quitar el sueño, sino realmente entregarnos en el momento presente. 

El maestro dice “significa comprender y vivir una vida humana entre todos nosotros”, somos seres humanos y no podemos vivir aislados, no hay humano que pueda vivir sin una relación con otro ser humano, estamos completamente conectados. Otra frase que dice es “Nadie puede comunicar una verdad que valga la pena conocer, la única verdad que vale la pena es la que encuentra uno de forma única por su propia vida, por otro lado el zen no es una práctica de llanero solitario”, aquí es bien interesante porque cada quien está caminando su propio sendero, cada quien tiene sus problemas, retos, dudas, cada quien tiene su “peregrinar” en esta vida, en el Dharma, es personal esta práctica, somos seres distintos, seres únicos, tenemos nuestra propia historia, propio condicionamiento. Lo que para uno es bueno tal vez para el otro es malo. Algo que aprendemos en la práctica es a no compararnos, encontrar la verdad la cual es única, personal, subjetiva pero al mismo tiempo necesitamos de esto de unirnos, de practicar juntos, no podríamos ser ermitaños y aunque lo fuéramos porque hay practicantes de zen en China, que se van por años en retiros de solitud, se van a un ermitaño por cierto tiempo y tienen que regresar a la vida normal, a convivir porque es regresar con los regalos del Dharma para compartir y contribuir para que otros seres puedan despertar. 

Y también otra parte, es interesante cuando practicamos muchos de nosotros queremos convencer el intelecto, el cual se puede volver una obstrucción a la práctica, a veces queremos convencernos si esta práctica funciona, buscamos libros queremos testificar que esta práctica zen nos va ayudar u otra es escuchar platicas Dharma y es válido pero todo eso no va sustituir la experiencia misma del sentarse. Yo siempre les digo en la sangha en la que estoy cuando doy las pláticas, nos sentábamos dos veces, una hora completa, la mejor platica Dharma es ahora porque ahí es cuando uno encuentra la sabiduría, entonces a veces pasa que proyectamos por ejemplo en mi caso cuando conocí a  mi maestro coreano estaba “enamoradísimo” porque se parecía a todos los que veía en libros de zen y a veces uno cree que se le va pegar algo con tal de estar comiendo con esa persona, la experiencia no se transmite de esa manera. Se transmite haciendo la práctica misma y entender que nos está sucediendo en cuerpo y mente, empezar a desatar esos nudos del ser y el “zazen” nos va ayudar a eso, ahora todo lo que hacemos por ejemplo el zoom, es una herramienta que nos ayuda  a la práctica por esta pandemia. Cuando toda vuelva a la normalidad ojala sigamos teniendo esta conexión.  El zoom, el cojín, la colchoneta que va debajo, los altares son herramientas pero no transmiten la experiencia, es ahí lo que el maestro Huang Po explicó, los maestros no pueden enseñar la experiencia para que el estudiante la tenga, es como si fuera un chef, nosotros cocinamos, ponemos la comida pero no vamos a poder comer por ustedes, ustedes deben hacer al acto. Es interesante cuando uno entra a un retiro porque uno se da cuenta de su manera de vivir, pasa en cámara lenta, empezamos a darnos cuenta del aquí y ahora. Todo lo que hacemos, la reverencia, juntar la manos, como caminamos son herramientas que ayudan a mantenernos atentos, de ahí viene el ritual y a través de éste vamos a estar despiertos y sentir esa conexión con nosotros. Es entendimiento de la unidad, de la interdependencia de la conexión o de la unidad total, es darse cuenta de que uno no está separado, la idea de separación se cae.


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