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Practica Constante

Una Historia… Práctica Constante.

El siguiente escrito fue publicado en inglés por la revista “Spring Wind” difundida por la "Buddhist Society of Compassionate Wisdom" que es la Sangha del maestro Ven Samu Sumin,  lo escribí cuando vivía en el Templo Zen de Toronto, Canadá. Fue Traducido del español por Bopkyong Lisa Galicia. Apareció en la edición del Invierno 2005, páginas 30-33. Titulado “Constant Practice”

La primera vez que escuché la palabra "Buda", la figura de un hombre calvo con una gran barriga y una cara sonriente me vino a la mente al igual que la superstición y la magia. En México hay un dicho que dice: "Frote la panza del Buda para la buena suerte”, mucha gente tiene una estatua de Buda rodeado de adornos en sus negocios para la buena fortuna, nunca me imaginé que el budismo fuera una religión.

Después de un accidente automovilístico con unos amigos en una navidad, me di cuenta de lo importante que era estar vivo,  me volví más responsable de mí y comencé la búsqueda de un camino espiritual en ese entonces tenía veinte años. Practiqué yoga de un libro por un tiempo y de ahí salió mi interés por la meditación. Un amigo fue el que me enseñó la meditación zen, yo no le daba mucha importancia porque creía que la meditación era resolver problemas intelectuales, recuerdo que mi amigo usaba palabras que no entendía como Buda, Bodhisattva, y Bodhidharma, al venir de la fe católica rechacé estas palabras ya que me parecían extrañas.

Años más tarde, tuve una novia que estaba pasando por algunos problemas, quería ayudarla ycompré un libro para hacerlo, al leer el libro me di cuenta que no era para ella sino para mí,  el autor dijo que una de las maneras de encontrar la felicidad era través de la oración o la meditación zen, pensé: "Ya estoy familiarizado con la oración, pero ¿qué es la meditación zen?", comencé a investigar que era el zen, me encontraba en la biblioteca de la universidad y encontré un libro titulado “Los tres pilares del zen”, lo leí y seguí las instrucciones para practicar la meditación.

Un día mientras caminaba por los jardines de la universidad, me encontré con un poster anunciando la visita del maestro zen coreano Samu Sunim en diciembre de 1996,  mi vida en ese momento era un desastre, había roto con mi novia, mis calificaciones eran malas y no tenía dinero ni trabajo, mi dilema era si continuar estudiando geología o conseguir un trabajo de tiempo completo, tuve exámenes finales pero no los hice con el fin de asistir a todas las charlas y talleres de Sunim con la esperanza de encontrar una respuesta para mi vida.

 

Un amigo y yo fuimos al taller de meditación de Sunim, llegamos tarde y entramos en la habitación sin quitarnos los zapatos, Sunim gritó desde la parte delantera de la sala "¡sin zapatos!", Toan se acercó, pidió que nos los quitáramos, hicimos caso y los botamos ahí, nos llamó de nuevo, nos mostró como acomodar los zapatos y los calcetines de una manera ordenada, él dijo: "Con sólo un poco de atención, pueden ahorrarse mucho sufrimiento en sus vidas." En el taller había un altar con una imagen de la Virgen de Guadalupe, esto me pareció extraño, me imaginé que el maestro simpatizaba con ella, años más tarde me enteré que la instalación había sido alquilada el día anterior por el aniversario de la Virgen de Guadalupe y no habían tenido el tiempo suficiente para quitar el altar antes del taller.

Fue un año después, en diciembre de 1997 cuando asistí a mi primer retiro de cinco días llamado “Yongmaeng Chongjin”, en el segundo día del retiro estaba pensando que la práctica no era para mí, era muy difícil, requería mucha disciplina y que sería mejor si regresara a la iglesia católica, pero después del retiro tomé los preceptos y, finalmente me apunté al seminario “Maitreya” así me convertí en estudiante Dharma en enero de 1998. Sunim me invitó al entrenamiento en el templo de Chicago, traté de viajar a Chicago en diciembre de 1999, pero la embajada de Estados Unidos me negó mi solicitud de la visa  porque mi situación económica era inestable, en ese momento trabajaba como gerente de un restaurante,  al año siguiente comencé un nuevo trabajo que consistía en el mantenimiento de un gimnasio de boxeo con el fin de tener más tiempo para la práctica y poder asistir a los servicios de la sangha, la paga era muy pobre pero estaba feliz de tener tiempo para mi práctica.

Un amigo consiguió trabajo en Ciudad Juárez, Chihuahua, trabajaba para el gobierno ynecesitaba gente de confianza, así que me invitó a trabajar con él,  discutí la oferta y mi formación en el seminario con Toan, veía el trabajo como una oportunidad para obtener mi visa y ahorrar dinero para pagar mis deudas, Toan me aconsejó que no fuera, me dijo que sería difícil mantener mi formación en el seminario sin el apoyo de la sangha y con las tantas distracciones que había en Ciudad Juárez, una ciudad llena de violencia y narcotráfico, no tenía alternativa, más que aceptar la oferta de mi amigo porque necesitaba la visa y el dinero, fue así que en el 2000 me fui a vivir a la frontera.

Estuve trabajando casi dos años para la aduana,  me había metido en una vida social muy activa, llena de vicios, ganaba mucho dinero; se podría decir que tenía todas las comodidades, pero no estaba bien, me faltaba la felicidad que había conocido en la Ciudad de México donde tuve varios trabajos mal pagados, pero el tiempo para hacer mi práctica. En Ciudad Juárez, había perdido toda conexión con la sangha y mi práctica.

Obtuve mi visa para Estados Unidos, y me prometí que para mis primeras vacaciones en semana santa, iría al templo de Chicago. Al llegar mis vacaciones llamé a Chicago,  no sabía cómo hablar inglés, pero quería decirle a Sunim que quería ir a Chicago y que ya tenía mi visa, afortunadamente, Sunim reconoció mi voz y lo único que me dijo fue que hablara con Toan, era imposible hablar con Sunim porque yo no sabía inglés. Cuando hablé con Toan, me aconsejó que esperara el retiro de verano en Chicago, me sugirió que asistiera a un retiro a la ciudad de México durante semana santa en su lugar, mi sueño de ir a Chicago se evaporó de nuevo. Asistí al retiro con Toan en la Ciudad de México. El retiro fue uno de las más difíciles que he experimentado debido a que no había practicado durante un año. Toda mi vida en Ciudad Juárez apareció en mi mente, pero al final del retiro, me había reencontrado con la práctica. Sin embargo, después de un mes, perdí la práctica regular de nuevo y volví a mis viejos hábitos.

 

Me emborraché un día después de una reunión con mis compañeros de trabajo y cuando desperté, estaba en la casa en un estado terrible, me di cuenta que había conducido el coche hasta la casa, pero no recordaba cómo había llegado ahí, había perdido mi celular y mi cartera estaba vacía; me miré en el espejo y me dio pena verme así, fue entonces cuando decidí cambiar mi estilo de vida, pensé: "Si sigo así, voy a matarme algún día, este estilo de vida no me lleva a ninguna parte,  tomé este trabajo con el fin de obtener mi visa, ahora la tengo, así que es hora de dejar este trabajo”.

 

El retiro de verano se acercaba y sabía que iba a ser un refugio, pero ahora no tenía tiempo de vacaciones, tuve que negociar con mi jefe para que me diera una semana de vacaciones, hicimos un trato, el cual consistió en organizar el archivo de permisos aduaneros; era un trabajo tedioso, moviendo cajas llenas de papeles, de un lado a otro, nadie quería hacer ese trabajo, ya que el edificio que albergaba los archivos estaba fuera de la zona donde no había oportunidad de recibir sobornos, así fue que hice un trato con mi jefe, iba a organizar los archivos a cambio de una semana de vacaciones, este trabajo me tomó meses para terminarlo, pero fue una buena práctica ya que no podía tomar sobornos ahí.

En el verano de 2001, llegué a Chicago con el objetivo de renovarme espiritualmente, Sunim me sorprendió con la invitación para volverme a entrenar en el templo y acepté ser estudiante “Dharma” de nuevo, él me dijo: "No pospongas lo que es bueno, siempre hazlo, incluso si no estás seguro, dado que es bueno no te perjudicará, pero siempre pospón lo que es malo”.

Desde que conocí a Sunim por primera vez, tuve el deseo de participar en el entrenamiento zen, para mí fue un sueño vivir en el templo con un maestro zen. Cuando Sunim me invitó, me prometí que iba a hacer todo lo necesario para prepararme. Después del retiro en Chicago, me di cuenta que me gustaba la práctica del “Dharma” más que cualquier otra cosa.

Regresé a México para renunciar a mi trabajo a pesar de que mis compañeros y mi familia no aceptaron la decisión que estaba tomando, a veces, las personas se ven atrapadas por las apariencias, cada uno pensaba que era mejor seguir trabajando y acumulando riqueza que seguir una formación espiritual, pero nada me hacía más feliz y más tranquilo que la práctica del “Dharma”. Hacer retiros y ayudar a la sangha ayudaba a mantener mi mente en paz y a vivir una vida más feliz, así que tuve otra oportunidad para cambiar mi vida hacia el “Dharma”.

Vivir en el templo es diferente a asistir a un retiro, el cual es un corto periodo pero muy intenso, la vida del templo es una práctica firme, no tan intensa, pero constante como una corriente de río que fluye, sin embargo siempre parece la misma. Mi reto fue encontrar el “Dharma” haciendo las cosas más sencillas y habituales, mantuve mi mente en el aquí y en el ahora, cantando como práctica fue el antídoto que redujo mis distracciones, mis pensamientos sobre el futuro y el pasado. A veces me desilusionaba porque cometía errores, pero no había nada que hacer, sino volver a intentarlo de nuevo. Cada día era un nuevo día, todos los días había algo que tenía que aprender de mí, conocí la disciplina de la consistencia. La formación en Chicago fue más allá de esas diez semanas, me di cuenta de que era sólo el comienzo.

Regresé a México y terminé con mi novia, fue doloroso, pero tenía que hacerlo, "algo" me decía que tenía que irme, no sabía nada de mi futuro, sólo que me iba a ir al templo de Toronto para continuar mi formación, no podía imaginar lo que iba a pasar y cómo iba a transformar mi vida. Antes de salir de México, visité a mis mejores amigos que acababan de tener su primer hijo; todavía pensaba en mi novia cuando estaba con ellos, vi la imagen de una familia: esposo, esposa e hijo, ellos estaban contentos con su vida y su nuevo bebé, esta imagen me hizo pensar, "Yo pude haber tenido esto", pero también pensé en un verso del “Dhammapada” renuncia a una pequeña felicidad en vista de la gran felicidad. Pasé la noche con mis amigos y en la madrugada el bebé comenzó a llorar, me desperté y me di cuenta de la primera noble verdad de Buda, que en la vida hay sufrimiento, el bebé solo tenía días de nacido y ya sufría, ese grito me inspiró a reafirmar mi decisión de seguir el “Dharma”.

 

En febrero de 2002, llegué a Toronto con Sunim, todo era nuevo para mí, solo estaba con él, siempre tenía que estar alerta y atento. Poco después de llegar, el templo se trasladó a una nueva ubicación, como yo no entendía el inglés tenía que adivinar lo que estaba sucediendo, fue una gran práctica de la atención y la intuición.

La mudanza fue una gran experiencia para mí ya que el nuevo edificio fue transformado para funcionar como un templo, había mucho trabajo por hacer, sobre todo: la limpieza. Cada tarea pequeña y sencilla completada era un logro y progreso que se podía ver todos los días, cada día tenía que hacer mi práctica. Yo era el único residente y, a veces, era difícil salir de la cama por la mañana, quería seguir durmiendo y no pararme ahacer mi práctica, pensaba: "Estoy solo, nadie va a saber", pero tal pensamiento deshonesto conmigo mismo que hacía levantarme de la cama, también me dije y me preguntaba: "Yo he dejado muchas cosas atrás,  he sacrificado mucho para seguir siendo el mismo y seguir cultivando los mismos viejos hábitos, bien podía regresar a México, vine aquí para cambiar, para ser mejor, no para ser el mismo", con estas palabras me levantaba a hacer mi práctica, sin preocuparme por las condiciones en que me encontraba.

Una de las mayores satisfacciones de mi vida es despertar, salir a correr, y ver el estacionamiento y los pinos cubiertos de nieve en el invierno.

Ahora mi vida está completamente dedicada al “Dharma”, mi formación nunca terminará porque trato de cultivar la mente de principiante, cada día fresco y nuevo. Estamos constantemente renovando el templo, es hermoso ver la sangha, trabajando juntos por un solo objetivo, dejando atrás el interés individual por el bien de todos los demás.


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¿Que es el Zazen?

¿Que es el Zazen ?

Zazen es el Corazón del Zen, La palabra Zazen en Japonés significa Za: sentarse, Zen: absorción ,“meditación”. Ósea meditación sentada. La practica del zazen es muy fácil, muy simple; lo cual lo hace difícil de comprender, ya que no estamos acostumbrados a la simplicidad, a lo natural y obvio. El escrito siguiente son las instrucciones del Maestro Zen Japonés Dogen (1200-1253), explicando como sentarse en Zazen.

“Para el estudio del Zen, debes tener un cuarto tranquilo, ser moderado en la comida y bebida, poner todas las preocupaciones, tareas y distracciones a un lado. No pensar en lo bueno, ni en lo malo, ni lidiar con lo correcto y lo incorrecto.  Para las vueltas de la mente, el intelecto y la conciencia, para las calculaciones de los pensamientos, ideas y percepciones. No intentes hacer un Buda, mucho menos estar apegado a sentarte tranquilo. En el lugar donde regularmente te sientas, extiende una colchoneta gruesa y usa un cojín encima de ella. Siéntate con las piernas cruzadas completamente como la postura de loto o semi cruzadas como medio loto. Si te sientas en la postura de loto , primero pones tu pie derecho sobre tu muslo izquierdo; después pones tu pie izquierdo sobre tu muslo derecho. Para la position medio loto, simplemente descansa tu pie izquierdo en tu muslo derecho. Afloja tus ropas y tu cinturón, arréglalas  apropiadamente.  Lo siguiente, pones tu mano derecha sobre tu pie izquierdo, y tu mano izquierda sobre la palma de tu  mano derecha. Tocándose las puntas de tus pulgares. Después endereza tu cuerpo y siéntate derecho. No te inclines hacia la izquierda ir derecha, o hacia delante o hacia atrás. Tus oídos deben estar alineados con tus hombros y tu nariz alineada con tu ombligo. Presiona tu lengua en el paladar, cerrando tus labios y dientes.Los ojos deben siempre mantenerse abiertos. Respira suavemente a través de la nariz. Una vez que hayas establecido tu postura. Toma una inhalación y exhale completamente. Mécete hacia la izquierda y hacia la derecha. Ya una vez sentado estable, pensar el no-pensar. Como tu piensas el no-pensar ? Ni pensando el no- pensar. Este es el arte del Zazen. Zazen es no la practica de meditación, es solo la puerta del Dharma del gozo y la paz. Es la practica y realización del Despertar.”

Estas fueron las palabras del maestro Dogen, escritas en el “Fukanzazengi” (Los principios de la meditación sentada).

Hay que entender ciertas frases del Maestro Dogen en su  instrucciones. Dogen fue Japonés. Las culturas asiáticas donde sentarse en el suelo con las piernas cruzadas es lo mas familiar y común, en comparación con nuestra cultura occidental donde estamos acostumbrados a la silla. Así que no piensen que el hecho de que uno no pueda sentarse en el suelo con las piernas cruzadas , no significa que no puedan tener la experiencia del despertar. La postura sentada en el suelo y con las piernas cruzadas (postura del loto ) es una Postura muy  estable, energética, solida, firme que nos va  ayudar mucho en nuestra practica de Zazen, El cuerpo se calma y la mente también,  es por eso que  se recomienda mucho esta postura. Tiene muchas atributos que nos ayudara en la experiencia del Zazen, del despertar.Zazen, no es una practica para obtener algo, es una practica sin orientarse o desear logro alguno o beneficio alguno.

La ultima parte donde Dogen dice: “pensar el no-pensar. Como tu piensas el no-pensar ? Ni pensando el no- pensar”. Esto quiere decir que sea uno testigo del fenómeno de la mente, dejar que los pensamientos surjan y también dejarlos que se desvanezcan por si solos. Los pensamientos van y vienen. No se requiere reprimirlos, o rechazarlos o dejar “una mente en blanco” no de ninguna manera sino Ser testigo de la experiencia, dar se cuenta del pensamiento , sin rechazarlo, sin seguirlo. Esto quiere decir que “tu no eres tus pensamientos”. Los pensamientos son como las olas del mar van y vinen, tu practica es el oceano. Mi maestra suele decir “No creas en tus pensamientos”. Cuando se practica zazen es por el solo hecho de practicar zazen. Zazen es la expresión de tu naturaleza búdica. Cuando estamos en Zazen somos Budas. Zazen es la expresión de un Ser Despierto. Tal y como sucede en ese momento. Darse cuenta 3 cosas deben estar alineadas con el momento presente,  la mente, el cuerpo y la respiración. Cuando estamos presentes al 100% con estas tres cosas, estamos en Zazen, Cuando la mente divaga y no nos damos cuenta de eso, esto lo llamamos distracción,  Y nuestra practica es regresar la atención al Zazen. Mente, cuerpo y respiración.  La practica del Zazen es atemporal, ósea que siempre podemos practicar y el fin es el inicio. Siempre estamos terminando, al mismo tiempo empezando de nuevo.Se dice que es una practica circular no lineal. Una y otra vez regresamos nuestra atención al momento presente.

La practica del Zazen nos lleva a realizar lo mas intimo de nuestro Ser, de esta manera vivimos una mejor vida plena, Una desde un punto de vista mas sabio. Además  realizando todas las cosas tal y como son. Impermanentes y sin esencia.


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¿Que es el Zen?

¿Que es el Zen?
Es una buena pregunta! como ¿Que es la vida ? ¿Que soy yo ?  ¿Que es el amor? ... La misma pregunta de ¿que es el Zen? nos lleva a un autodescubrimiento, que realmente somos, convirtiéndose uno mas familiar con uno mismo tal y como somos con nuestros defectos y nuestras virtudes de una manera mas armoniosa, se crea así una honestidad profunda con nosotros mismos y hacia los seres que nos rodean, de esta manera entendemos la vida, y vivimos una vida mas autentica al 100 porciento sin separación alguna de la realidad.

El corazón del Zen se conoce como Zazen (Za: sentarse, Zen: Meditación) ósea meditación sentada, a travez de esta practica se expresa el Zen, y se vive una vida Zen, la practica misma es la realización desde nuestra mente original o de quien somos.

El zen es experiencial, se necesita experimentarse a través de este cuerpo y de esta mente. El zen no se puede comprender o entender con el intelecto o palabras. Es una experiencia directa y esencial en el momento.
El Zen se origino a través de la fusión del budismo de la india con el taoísmo de China en los primeros siglos de nuestra era atribuyéndole esta fusión al legendario Bodhidharma, dice la leyenda que Bodhidharma trajo el budismo a China alrededor del siglo V o VI.
El zen es una palabra japonesa que proviene de la palabra China "Chan", de la cual proviene del Sanscrito Dhyana, que significa "absorber" casi siempre es traducida como "meditación", pero aquí me gustaría decir que la palabra "absorber" le que da mejor a la palabra Zen, ya que seria "absorber la vida tal como es" o "ser uno con lo que esta enfrente de los  ojos" o "vivir el aquí y ahora al 100%".
El Zen tuvo su época dorada y grandiosa en la china, surgieron grandes maestros Sabios, que le dieron la fundación de la escuela Zen. como el Maestro Huineng, Mazu, Shitou, Linchi, por mencionar algunos. El Zen viajo a Corea y a Japón, influyendo y mezclándose con la cultura de estos países, y convirtiéndose el Budismo Zen una de las mayores religiones de Corea y Japón.
Surgiendo grandes maestros y grandes tradiciones de arte como la Caligrafía, que ya se hacia en la china, en Japón surgió la ceremonia del Te (Chado), la pintura Zen(Sumi), el arreglo floral (Ikebana), los Jardines Zen. Característicos por el uso de piedras y arena, su austeridad, que al mismo tiempo creando el sentimiento de lleno, "nada falta, nada extra"
 

En el siglo XX el zen viaja a occidente y surge un movimiento en los 60's 70's en Estados Unidos y Europa gracias a la migración de Maestros Japoneses y Coreanos.
De esta manera se forman los primeros centros y monasterios zen fuera de Asia, y entrenando estudiantes occidentales (Casi todos americanos).
Ahora el Zen y Budismo es un fuerte movimiento y una alternativa para vivir una vida mas plena y en paz, con los de retos de este  Mundo actual.

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Los 4 Votos del Bodisattva.

Los 4 votos del Bodisattva (México y Bogotá)

Hoy les quiero compartir sobre los cuatro votos del bodisattva, ya les hablé de los arquetipos y la práctica zen en el budismo Mahayana, hay cuatro votos que frecuentemente recitamos después de terminar alguna actividad. Todo empieza con el concepto de “bodhicitta” que es cultivar un corazón compasivo, uno hace esta práctica por el despertar o beneficio de otros seres.

En sí los cuatro votos son las cuatro nobles verdades, es otra versión, trataré de explicárselos, cuando el budismo llega a China, el sexto ancestro creó esta versión de las cuatro nobles verdades. El voto en el budismo, es un ideal, es algo que va ser difícil de cumplir y al ser difícil de cumplir estamos en constante práctica, sirve de motivación, a no desistir. Es como una aspiración. 

El maestro Shohaku Okumura dice que hay que vivir basados en un voto, no vivir basados en el karma. Por ejemplo con una deuda de dinero, vivir en el karma sería estar sacando préstamo tras préstamo para cubrir esa deuda mientras que vivir en un voto sería conseguir un trabajo para tener un ingreso, poder ahorrar y pagar la deuda. 

El primer voto es: los seres son innumerables, hago voto de despertarlos o salvarlos, el segundo voto es: los deseos son inagotables, hago voto de transformarlos, el tercer voto es: la realidad es infinita, hago voto de percibirla y el cuarto voto es: el camino de Buda es inalcanzable, hago voto de realizarlo.

Los cuatro votos son contradicciones y esa misma contradicción es la que hace que nos motivemos a seguir practicando porque sabemos que nunca vamos a terminar. Es como si contáramos, nunca vamos a llegar al final de la numeración. 

Cuando recitamos los cuatro votos estamos recitando las cuatro nobles verdades, realmente vivir basado en las cuatro nobles verdades. El primer voto, “los seres son innumerables, hago voto de despertarlos”, hace hincapié al hecho de haber nacido vamos a encontrar sufrimiento es la primera noble verdad. Las tres experiencias de la vida vejez, enfermedad y muerte. 

El segundo voto es “los deseos son inagotables, hago voto de transformarlos”, el origen del sufrimiento en las enseñanzas budistas surge del deseo y también del apego basado en la ignorancia que está caracterizado por las tres marcas de la existencia: el sufrimiento, la impermanencia y el no-yo (la idea de que hay un ser fijo que no cambia) y el deseo es la insatisfacción que experimentamos en sucesos de la vida. De ahí es la segunda noble verdad porque es el origen del sufrimiento, como es que surge y cuando hay ignorancia en nuestra vida, nos va mover. 

En el budismo tibetano tienen una representación como si fuera un mapa o dibujo que se llama “la rueda del Samsara”, tiene diferentes cuadros o dibujos, es un círculo que está sostenido por un monstruo con sus garras, la mandíbula está mordiendo y dentro del círculo está representado con dibujos todo lo que sufrimos y también las enseñanzas budistas, en el centro hay un gallo, una víbora y un cerdo que representan la codicia, la avaricia y la ignorancia, se corretean mutuamente. Es lo que Buda dijo que estamos en ese ciclo constantemente. Por eso con el segundo voto es estar alerta a cuando uno despierta, cuando uno tiene la mente clara nos enganchamos menos, vamos a causar menos sufrimiento a otros y a nosotros mismos. 

Hay una historia de Buda sobre las flechas, la primera flecha nunca la vamos a poder eliminar, el hecho de nacer aquí encontramos vejez, enfermedad y vejez pero las demás flechas si las podemos evitar, son la relación que tengamos con la primera flecha (vejez, enfermedad y muerte) como vamos a responder a esas situaciones, si tenemos una mente clara pues esa experiencia va ser menos dolorosa y cuando hay mucha ignorancia es como si claváramos más flechas a la experiencia que enfrentemos. 

La transformación es ver las cosas tal y como son, son impermanentes, no hay una sustancia fija, al tener esta perspectiva ayuda a eliminar el sufrimiento, hay menos apego. Sabemos las causas y el resultado de eso. Es ver todo el escenario. Cuando algo no vemos bien en nuestra experiencia y solo nos apegamos a un punto de vista causa sufrimiento. 

El tercer voto “La realidad es infinita, hago voto de percibirla” es la tercera noble verdad de que hay un camino para liberarse del sufrimiento. Apunta a que hay una dirección, tratamiento o solución. Es realmente despertar a los que estamos experimentando. Desde la perspectiva del zen es ver la vida y entender que es dualista y cuando vemos realmente las dos cosas opuestas, entramos a lo que es la no dualidad, es ahí lo que esta noble verdad apunta percibir, de verlo así o entender que no hay separación es como la experiencia del pez con el agua. La misma relación que tiene el pez con el agua es la que nosotros tenemos con nuestra naturaleza búdica, al pez si lo sacas del agua muere, nuestro elemento es la no-separación pero es difícil de asimilarlo por decirlo, de entenderlo y porque es un concepto de conocimiento directo que no entra por el intelecto. Es tener esa visión más amplia sobre la vida y entender esa conexión.

El cuarto voto es “El camino de Buda es inalcanzable, hago voto de realizarlo” es muy claro, habla del óctuple sendero que es la cuarta noble verdad. Eso en el budismo Mahayana y en el zen son muy famosos, es algo que vamos a recitar en su debido tiempo, se recitan para recordar las enseñanzas de Buda. Es recordar para realmente realizarlo. Actuamos más con sentido amoroso y de cuidar o proteger. Nos preocupamos cuando a un familiar le pasa algo, a una amistad, algún suceso en nuestra ciudad o nación es por ese sentido que tenemos de conexión y entre más la práctica vaya trabajando en nosotros, esa claridad se va haciendo obvia y es ahí donde uno se siente más conectado. Tratamos de hacer algo por ayudar o resolver.

Para concluir les dejo estas palabras del maestro Shohaku Okumura: 

“Nuestra práctica es toda nuestra vida, no es algo especial que solamente hacemos en monasterios o retiros, todo eso es importante pero Buda nos enseñó que debemos de despertar a la realidad de nuestras vidas y vivir nuestras vidas basadas en la realidad, tenemos que vivir aquí y ahora en este cuerpo y esta mente en compañía de otros, la fuerza que nos guía a vivir esta vida son los cuatro votos del bodisattva.”


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¿Cómo Puedo Pasar de un Estado Estresante a una Quietud?

¿Cómo puedo pasar de un estado estresante a una quietud?

Como poder realmente practicar en medio de situaciones de estrés, lo primero es entender, lleva muchísimo tiempo madurar con respecto a la práctica, requiere de años para llegar a entender completamente la práctica, lo que es y no frustrarse. Aprendemos un método, a meditar, nos enfocamos en nuestra respiración y simplemente estamos aprendiendo a observar nuestra mente, estamos aprendiendo a observarnos a nosotros mismos a través de atención, estar más atentos a lo que está sucediendo y el sentarse en quietud, ya sea en una silla o en el piso usando una postura más tradicional por ejemplo sentarse con las piernas cruzadas en el piso, espalda derecha, hace que nuestro cuerpo se aquiete, de principio hay un esfuerzo de mantener quieto el cuerpo, recuerdo que cuando éramos niños había un juego que decía “pamba el que se mueva” y no te movías, era meditación y el que no aguantaba, se movía pues perdía, entonces lo primero es la postura, de ahí sentarse y al estar quietos empezamos a observar la mente, claro que tenemos al principio una idea de la paz, de un estado de quietud, de tranquilidad, donde no vamos a tener a problemas y vamos a dejar de sufrir, eso es normal, tenemos esa expectativa, ahí entramos al segundo punto que es la paciencia y sobre todo la aceptación, todo lo que estamos haciendo cuando nos sentamos es aceptar completamente el momento tal y como es, la aceptación es más allá de los juicios de bueno y malo, entonces todos estos años de dedicación es completamente una derrota, una aceptación completa, rendirse a la vida pero al mismo tiempo es aceptar la vida tal y como es, utilizando términos de zen es ser uno con la vida, cuando uno aprende eso de ser uno con la vida hay más espacio, hay más tolerancia y paciencia pero todo esto no es pasivo, esta es la clave, no solo de que vamos a dejarnos llevar con el flujo de la vida, tenemos que ser responsables. 

Entonces el cambio cuando estamos estresados, es la transición de un momento de estrés, por ejemplo que andamos en el carro o tenemos una junta o alguna experiencia muy dolorosa y después cambiarse a un estado de una sangha como esto requiere mucho entrenamiento, es demasiado esfuerzo cambiar porque al principio en los primeros años de nuestra práctica hay una expectativa sobre la paz mental entonces queremos realmente llegar a un estado que experimentamos antes, es como un autoengaño porque el deseo es muy fuerte de tener esa quietud que al principio experimentamos pero si soltamos esa quietud o deseo de alcanzar cierto estado mental lo hace más complicado pero si aceptamos se vuelve más fácil, cuando hay una dicotomía de la práctica y la práctica es muy simple, es estar presente, cuando estamos en una situación de estrés o sufrimiento si estamos presentes en el proceso, la misma vida nos va llevar al siguiente momento que vamos a experimentar, por ejemplo hay una discusión o tenemos algún conflicto con alguien o hay un evento que es muy triste después ese mismo día o al otro día tenemos un evento que iba a ser una fiesta tendríamos que ser muy sabios sin apegos a nuestros pensamientos para dejar ese cargamento en el día anterior, dejan huella nuestros eventos, de hoy a mañana vamos a seguir cargando huella del día anterior, nuestra mente no va estar en ese momento, si estamos demasiado despiertos podremos hacer la transición fácilmente y esto requiere muchísima práctica, aquí pues vamos a dar lo mejor de nosotros, de nuestra práctica es estar conectados y lo que está sucediendo.

La práctica es aceptar lo que estemos viviendo, con el pasar del tiempo y con dedicación a esta práctica nos va ayudar a hacer esas transiciones más rápido, no es que no sintamos y en el zen le decimos “siente al cien por ciento” si estás triste, estar triste al cien por ciento y cuando estés alegre, se alegre al cien por ciento, vivir los momentos al cien por ciento. Una gran ventaja es un retiro de varios días es donde vemos más claro de que se trata la práctica, como la misma nos ayuda a navegar esos momentos de transición, esos subibajas de emociones de pensamientos porque es todo un subibaja, entonces un retiro está totalmente condicionado para experimentar ese flujo y es tener una experiencia temporal nos va hacer una forma de desapego, de que ya no nos enganchemos tanto con lo que percibimos, con lo que agarramos porque en un retiro va haber un momento que en una sentada es completamente el infierno, nuestra mente podrá estar agitada, quizá haya demasiadas emociones y estemos experimentando algo que nuestro mismo ser que creemos todo lo que pensamos y sentimos, cuando el entorno es completamente pacífico, nadie nos está molestando, estamos en una sala acondicionada para cultivar la paz mental, la realidad es que no estamos haciendo absolutamente nada, al no hacer nada estamos experimentando sufrimiento es cuando la práctica se vuelve interesante y ahí es cuando experimentamos el yo que se engancha a los pensamientos y emociones, en el retiro hay pláticas dharma, quizá nos acordemos de frases de libros y como cuando aplicas la práctica ese “infierno” se vuelve un “paraíso”.

La práctica toma un momento de energía hasta que dominas como decía Buda el esfuerzo correcto, como todo empieza a aclararse, ya no estamos afectados, un retiro ayuda a esa resiliencia, ya no nos afecta tanto. La clave es el apego y el apego no significa que uno no lo tenga, podemos tener todo lo que queramos pero nuestra relación a lo que tenemos es la diferencia, si estamos apegados al objeto que tenemos es lo que nos va hacer sufrir y no solo objetos también pensamientos y emociones. Si revisamos y analizamos nuestra vida cuando sufrimos es porque estamos apegados a algo ya sea una emoción, pensamiento, a una forma de pensar o historia, el apego a tener la razón. Esto no quiere decir que no tengamos la idea o percepción pero en vez de soltarlo y dejar que fluya la cosa, nos apegamos, ese apego hace que suframos. 

Estoy en un momento de estrés, el cual es normal, cual es mi relación con el estrés, quiero mantener la paz y si nos apegamos al no querer lo que estamos experimentando, creamos más fuego y de ahí vamos a un lugar en este caso la sangha donde estamos en paz, llevamos la carga de las experiencias pasadas, ahorita es otro momento, otra condición por querer hacer la transición rápida estamos causando estrés y ya cuando estamos con la sangha tenemos la idea de que nuestra práctica sea mantener la paz, ahí sentados nos apegamos a esa expectativa y obtenemos el resultado opuesto. En el zen es la aceptación  de lo que estamos experimentando, ese sería el primer paso, aceptar donde nos encontramos. 

Un tip para la práctica es que todo el tiempo es aceptación, esa lucha que vamos a tener constante con nuestro ser de que en este momento es suficiente y el “zazen” es cultivar que este momento es suficiente. Muchas sentadas para aceptar completamente nuestra vida, tal y como somos, ser responsables de nuestros actos, hay demasiada liberación para nuestro sufrimiento.

Cuando Buda alcanzó la iluminación, en el zen decimos que despertó y vio la realidad tal y como es. Por ejemplo, si yo menciono la palabra pan o pastel, ustedes ya saben que es, vemos el pan tal y como es pero cuando decimos ver la realidad tal y como es sería ver como un panadero ve el pan, nosotros comemos el pan, pero quizá un panadero lo prueba y quizá le busque otro sabor o diga si le faltó algo, lo verá más a detalle pero eso no cambia lo que estamos presenciado en este caso el pan. Ver la realidad tal y como es sería ver de que está hecho el pan. Va cambiar la percepción de las cosas a esto Buda le llamó sabiduría. Como esta experiencia que estoy teniendo surge, se manifiesta. Las cosas no van a cambiar sino lo que va cambiar va ser nuestra relación a la vida. Tenemos una idea de nosotros mismos (nombre, nacionalidad, historias, emociones, pensamientos) a esto le llamamos “yo” o identidad, son muchas cosas que hacen a una persona y cuando practicamos la meditación y vamos profundizando en nuestra práctica, vamos a empezar a percibir este yo de diferente manera, los primeros despertares o sabiduría que surja de los momentos de claridad es que no somos lo que pensamos. Es darnos cuenta que hay un diálogo interno constantemente, cambia la narrativa, quizá es menos obsesiva, ya podemos experimentar estados más de quietud donde el ruido que tenemos en la cabeza ya no es tan alto.

Ver la realidad tal y como es, es ver la realidad con las tres características que Buda mencionó que son la ignorancia, el no-yo y la impermanencia. Empezar a aprender cómo nos apegamos y desapegamos. La clave del apego es que no significa que no tenga uno, podemos tener muchas cosas, es la relación que tenemos con los objetos, emociones, pensamientos. El apego va en contra de la impermanencia ahí es cuando surge el dolor, el apego a una historia, el apego al cuerpo, el apego al estatus social, el apego al qué dirán, el apego al dharma mismo. 

La historia de la iluminación de Buda dice que Buda vio la estrella de la mañana y dijo “Todos los seres y yo estamos alcanzando el camino” un sentido de unidad, estamos despertando al mismo tiempo. Cuando uno despierta en el zen es sinónimo de un punto de vista no dualista, cuando uno despierta no hay opuestos, solo lo que es, no hay pasado ni presente. Sino lo que es en el momento. Todo lo que fluye, todo está en el lugar adecuado y en el tiempo perfecto, mi maestra decía que cuando uno va al monte, a la sierra o al bosque, ves y no hay en todo el paisaje un árbol que sea feo, no hay una montaña o roca en el lugar equivocado, todo está en el perfecto lugar para apreciar el paisaje. Entendemos que todo lo que surge está en relación, como yo me relaciono conmigo mismo, con mis pensamientos, emociones, mis seres queridos, amistades, en el trabajo o cosas que utilizo. Todos estamos en interdependencia. No podemos vivir aislados.

 La práctica nos va ayudar a ese descernimiento de las cosas, es ahí cuando aprendemos a ver la realidad tal y como es pero es la misma realidad de una persona que no haya practicado, la diferencia es que no tendrá la sabiduría o perspectiva sino ahí va en el continuo fluir. En el zen decimos “la mente ordinaria es la mente de un Buda” porque aquí la persona que va despertar es uno mismo, no vamos a cambiar, no vamos a ser diferentes ni a tener un cambio drástico, va haber un entendimiento más profundo del ser y de la vida misma. Mi maestro coreano decía es dejar malos hábitos que no conducen a nada bueno solo al sufrimiento, comenzamos a cultivar buenos hábitos sin tanto esfuerzo, sino ya es algo más natural. Este estado de despertar no es sinónimo de perfección ni de que sea eterno, es una práctica, es una actividad, es una experiencia activa. Es cultivar todas las condiciones. 

Para concluir en el zen decimos que cuando camines solo camina, cuando comas solo come, cuando medites solo medita, es decir, estar presentes al cien por ciento en cada actividad. Va ser que experimentos la unión. Que el sujeto y el objeto sea una sola cosa, el maestro Suzuki dice que no había personas iluminadas sino actividades iluminadas. La actividad es la que va expresar la iluminación de uno.


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