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El Habla, La Acción y El Sustentamiento

El habla, la acción y el sustentamiento

Esta noche voy hablar de tres puntos en el óctuple sendero que están relacionados con el entrenamiento de la ética, la última vez vimos la parte del entrenamiento de la sabiduría y el pensamiento o la intención correcta o apropiada, si nos damos cuenta en todas las religiones del mundo tienen en su entrenamiento espiritual algo relacionado a la ética o la moral, en el catolicismo son los diez mandamientos, el islam tiene el corán, el judaísmo tiene el halajá y así el budismo también tiene, esta parte de la ética que está relacionado con el habla y la acción, la vida correcta o el sustentamiento, la manera de ganarse la vida honradamente, son las tres partes del entrenamiento de la ética pero Buda también dio los preceptos que son cinco: el primero es el habla es decir la forma como nos comunicamos, Buda nos invita a que seamos cuidadosos y atentos a como usamos el lenguaje, es muy importante para que nuestra practica en el cojín en la meditación formal pueda florecer, ser fuerte y estabilizarse, no significa que debemos estar callados ni tener que cuidar solo lo que sale de nuestra boca sino lo que también escuchamos, somos seres que percibimos, cuando entra por nuestros oídos un lenguaje tóxico u ofensivo va causar algo en nuestra psicología de tal forma que cuando nos sentemos eso se va a manifestar y también a veces tenemos un chip de pensamientos negativos hacia nuestra persona donde la confianza puede disminuir, es importante por eso la manera en cómo nos comunicamos. Hay guías que nos dicen lo que debemos evitar para no causar “karma” y no poner una semilla tóxica en tu conciencia.

  • El primer punto es evitar la mentira, no mentir. Cultivar la verdad.

  • El segundo punto es no ofender, que tu lenguaje no sea ofensivo, ni sarcástico.

  • El tercer punto es no dividir a las personas, es decir evitar el chisme. Evitar la comunicación que va causar enemistad.

  • El cuarto punto es evitar el “hablar por hablar” es cuando a veces hay conversaciones que no tienen sentido por no aprender a estar callados, a permanecer en silencio.

Estos son los cuatro puntos para empezar a entrenar el habla correcta. Buda tiene las tres puertas o pruebas donde uno se tiene que preguntar para empezar a comunicar, primero reflexiona si lo que vas a decir es verdadero, segundo si va a beneficiar a la persona que lo va escuchar y el tercero si es el momento correcto o apropiado para decirlo. Si las tres son si, podemos platicar.

Es interesante esta práctica de lenguaje, ahora todo este entrenamiento budista lo practicamos en tres áreas, una es el cuerpo es decir lo tangible, el segundo el lenguaje y la tercera es la mente que son los pensamientos. El más difícil de entrenar es la mente y el más fácil es el cuerpo. Esto fue respecto al habla.

Ahora continuo con la acción, es la forma en cómo nos conducimos, como usamos este cuerpo en la vida, cuales son nuestros actos y aquí la guía de Buda dice: Hay que tener acciones que no causen, que no propaguen los tres venenos de la mente que son la avaricia, la ira y la ignorancia. Hacer lo contrario, cosas que cultiven nuestra práctica, tener un corazón bondadoso y compasivo. Aquí entra la guía de los preceptos, mencionaré los cinco tradicionales: No matar, no robar, No tener una sexualidad promiscua, No mentir y No tomar intoxicantes (drogas, alcohol).

Si se dan cuenta del óctuple sendero, todos están relacionados porque como me voy a dar cuenta si estoy actuando bien o mal, esto va ser apoyado con la práctica formal de la meditación cuando nos sentamos y observamos nuestra mente. La práctica es importante es ahí donde empezamos a descubrir y cambiar nuestro “karma”. Mi maestro coreano decía “No te metas en problemas” “Simplifica tu vida”, en el entrenamiento aprendemos a vivir de una manera más simple.

El tercer punto es el sustentamiento correcto, es la manera en cómo nos ganamos la vida, Buda tiene su guía para que la práctica florezca, tradicionalmente Buda decía en aquel entonces evitar trabajar en el tráfico de armas, en el comercio de la carne, tráfico de drogas y esclavos. Aquí es donde nosotros vamos a comenzar a reflexionar como nos ganamos la vida, a veces estamos en alguna empresa donde podemos tener conflictos morales o de ética o en alguna empresa que esté causando dolor en la región, que tenga pocos valores hacia la humanidad donde lo único que importa es el dinero entonces es cuando nos empezamos a dar cuenta que está mal y nos empezaremos a cuestionar. Buda hace énfasis en que debemos ganarnos la vida de una manera digna y honrada. Aquí en Upaya ha habido ejemplos de gente que trabaja en laboratorios de armas nucleares en la ciudad de Álamos  y después de meditar cierto tiempo se topan en una encrucijada al cuestionarse en que están trabajando. Esto de la acción y del sustentamiento correcto también tiene que ver en lo que consumimos, es interesante ver que ya hay un poco de conciencia social de las grandes corporaciones que son dueñas del mundo y la cultura de apoyar localmente. 

En el zen hacen mucho énfasis en simplificar nuestra vida, se refiere a que la cosecha de esta práctica es encontrarnos a nosotros mismos y darnos cuentas que no necesitamos algo del exterior, encontrar esa satisfacción más interna y ecuánime. Al darnos cuenta que no necesitamos más de lo que tenemos, se simplifica mucho nuestra vida. A veces nos hacemos de cosas que requieren más mantenimiento y entramos en un círculo vicioso. 

Un integrante de la sangha de México me preguntó ¿cómo puedo simplificar mi vida? Y le respondí,  en un libro que leí de alcohólicos anónimos dice “mantener la cruz de la sobriedad”, cada punto tenemos que cuidar, el primero es la recuperación (cuestión espiritual), el segundo la familia, el tercero el trabajo y el cuarto la diversión. Es una buena guía si cubrimos esos cuatro puntos sobre todo deben estar equilibrados. Todos tienen la misma importancia.


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Entrenamiento de La Etica

Entrenamiento de la ética

Hoy les voy a platicar sobre tres puntos del sendero óctuple, es el sendero del despertar y  voy a cubrir tres puntos que son el habla correcta, la acción correcta y el sustentamiento correcto o apropiado, estos puntos del óctuple sendero, de la cuarta noble verdad pertenecen al entrenamiento de la ética. Vivir de una manera honrada y digna, en este entrenamiento Buda nos enseña y da unos puntos de cómo mantener esta vida, como debemos actuar de tal forma que la práctica pueda florecer. Todas las religiones del mundo tienen esa parte, los católicos tienen los diez mandamientos, el islam o el judaísmo tienen sus preceptos de cómo vivir la vida. Es obvio que debemos tener eso en mente, el vivir de una manera honrada para no contaminar nuestra mente y cuerpo, cuando no tenemos esa contaminación la práctica toma más raíces que se vuelven profundas y fuertes para que florezca nuestra práctica, nuestro entendimiento o despertar. 

Estos puntos no terminan ahí, hay otra parte que los fortalece, que vienen siendo los preceptos, mencionaré los primeros cinco básicos, el primero es el habla apropiada o correcta y es interesante ver cómo nos comunicamos, es increíble como nuestra forma de hablar influye demasiado en nuestra forma mental, el habla correcta no significa que no debamos hablar sino es poner atención en cómo nos comunicamos porque nuestros pensamientos, la forma como vemos la vida a veces es lo que recibimos de afuera y a veces es más como nos educaron, que tipo de infancia tuvimos, de tal forma que fue nuestra formación en nuestro ser y también al comunicarnos el recibir el lenguaje de otros, hay semillas que son tóxicas de tal forma que cuando entramos a la meditación empezamos a ver esas semillas que podemos llamarlas “mala hierba”, en los cuentos budistas manejan “hay que quitar la mala hierba del jardín o de los árboles frutales para que puedan crecer”, también tiene que ver lo que escuchamos y la forma en que lo percibimos y si crean una raíz positiva o negativa la cual se va manifestar a la hora de sentarnos por ejemplo si nos gusta la música, escuchamos canciones y a la hora de sentarnos nos va venir una melodía que estábamos escuchando, si la melodía es placentera estaremos ahí y no es tan malo pero a veces hay cosas o pensamientos negativos que si son muy fuertes por lo cual no nos deja crecer, es ahí donde el habla es importante, está relacionado con el pensamiento y de ahí viene la acción, Buda nos enseñó que hay que entrenar en tres niveles, el primero que es el de la acción, la forma, usar el cuerpo, el segundo es el habla, la comunicación y el tercero es la mente, los pensamientos, donde nosotros nos vamos a disciplinar. El más fácil de entrenar es la acción, actuamos para crear bien en lugar de mal, estamos más en forma, en el habla nos vamos educando un poco, cambiamos malos hábitos de comunicación y el más difícil es el pensamiento. 

Aquí en lo del habla Buda da cuatro guías, la primera es evitar la mentira, la segunda es que cuando nos comuniquemos no sea un habla sarcástica u ofensiva, no decir algo que lastime a la otra persona, la tercera es comunicar pero no crear división, es decir evitar el chisme, no hacer triangulación sino crear armonía en nuestra comunicación y el cuarto evitar el hablar por hablar, a veces no hay nada que decir pero no podemos callarnos, no perder el tiempo en pláticas que no tienen ningún beneficio. Es interesante esta práctica cuando hay un retiro, practicar el silencio noble, nos mantenemos callados por el tiempo del retiro ya sea medio día o un día y ver el impulso de tratar de comunicarnos. Hay otras guías donde Buda dice cada vez que usemos nuestra plática hay que pasar éstas tres preguntas, la primera si es verdadero lo que vamos a decir, la segunda si es beneficioso y la tercera si es el momento correcto para decirlo, si a las tres respondemos si, podemos platicar tranquilamente. Es así como uno cultiva el habla apropiada y es muy interesante ver esa práctica, cambiar muchos hábitos y de estar atentos como percibimos y respondemos. Cuando Buda se refiere al beneficio, es realmente no cultivar los tres venenos de la mente que son la ira, la avaricia  y la ignorancia.

La segunda parte es la acción, son los actos, la forma como nos conducimos en la vida, no albergar esos tres venenos, hacer nuestra vida para desterrarlos o transformarlos. Aquí es donde en verdad ponemos en práctica los preceptos, los primeros cinco son: no matar sino cultivar la vida, no robar sino cultivar la generosidad, no ser promiscuo, no mentir sino cultivar la verdad y no tomar intoxicantes (drogas, alcohol) sino cultivar la claridad de la mente. Estos son los básicos y tradicionales preceptos que ayudan a actuar de una manera mejor. Poco a poco con la práctica podemos refinar nuestra atención de tal forma que Buda nos invita a despertar de ese placer o sensualidad de la vida, por ejemplo despertar a los siete pecados capitales, la pereza, la gula, por mencionar algunos. Buda dice que debemos tener cuidado cuando esa avidez surge y no podemos controlarla. Hay que despertar a eso. 

El tercero que es el sustentamiento correcto o apropiado, en aquel tiempo Buda decía no ser carnicero, no traficar armas, no traficar esclavos. Hoy en día es similar, es ver cómo nos ganamos la vida, a veces trabajamos para una empresa donde su ética no es buena y entonces hay que cuestionarse, aquí en EUA hay personas que entraron a Upaya y trabajan para el gobierno en la cuestión de la milicia, de hacer armas nucleares, estamos cerca de Álamos donde se hizo la bomba atómica, es toda una fábrica donde hacen el armamento nuclear y éstas personas se empezaron a cuestionar. Otro ejemplo sería si trabajamos en algún bar o si somos dueño de uno, no contribuye a la sanación del mundo es por eso que en el sustentamiento debemos comenzar a acomodarnos en nuestra vida de tal forma que apoye nuestra práctica. 

Recuerdo que mi maestro me decía “simplificar tu vida”, no causar más problemas de los que ya tenemos, esto sucede a través de la práctica, de la meditación, aquí un maestro decía es importante la concentración, tenemos una mente más estable, podemos entender como nos movemos en cambio cuando hay una mente dispersa al primer estímulo nos vamos a enganchar, como se dice en el zen vamos a ser unos “perritos correlones”, no vamos a tener una dirección es por eso que ya con la práctica nos va dar ese equilibrio, nos vamos a empezar a cultivar un poco más nuestra paz mental de tal forma que el primer despertar o primer regalo de la práctica es cuando nos damos cuenta que no necesitamos mucho para tener paz, tener ese bienestar. Este entrenamiento es ver como nosotros vivimos, es importante el dharma o la práctica que requiere atención y requiere cierto compromiso de uno mismo para caminar este sendero. Hay que darle su tiempo y en su tiempo va recurrir un esfuerzo extra. 

En mi experiencia yo empecé mi práctica en México, en la Col.Roma y todos los sábados nos reuníamos a meditar, mi maestro coreano solía ir una vez al año y había un retiro de cinco días, el cual costaba, era económico pero en mi caso era un gasto extra, vivía al día, era estudiante, entonces lo que hacía era ahorrar todo el año para ese retiro, recuerdo haber llegado a pagar dos mil quinientos pesos. Había que hacer un sacrificio pero al mismo tiempo veía que consumía y en que gastaba, me di cuenta que uno tiene que empezar a cambiar ciertos hábitos para cultivar esta práctica, no podemos ser los mismos y esperar un cambio, ese cambio sucede espontáneamente a través de la sentada, si no nos sentamos no habrá ningún cambio aunque leamos muchos libros y yo puedo dar muchas pláticas pero si ustedes no se sientan y empiezan a ver como la mente funciona no va haber ningún cambio o transformación, retomando mi experiencia y para concluir recuerdo que tenía mis amigos de fiesta, empecé a cambiar hábitos porque por ejemplo los viernes ya no podía salir de fiesta porque los sábados era la práctica a las ocho de la mañana entonces trataba de evitar y así cada quien se va encontrando encrucijadas y es donde uno empieza a aprender a escoger y a cultivar, nos volvemos a caer, dejamos de sentarnos pero otra vez volvemos a empezar, no importa cuánto tiempo te lleve. 


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La Tercera Noble Verdad

Tercera noble verdad

Hoy voy a platicar sobre la tercera noble verdad, hemos estado aprendiendo y explorando la esencia de las enseñanzas budistas, donde todas las tradiciones y escuelas convergen, que son las cuatro nobles verdades. Hablé de la primera noble verdad, la verdad sobre el sufrimiento, el hecho de haber nacido vamos a encontrar sufrimiento que es parte de la vida, la segunda noble verdad donde nos dice Buda que hay un origen donde surge el sufrimiento que es basado en la ignorancia y la percepción errónea de la vida, vivir en una ilusión basada en ciertas ideas y creencias, formas en que nos han criado. Buda enseña la teoría del “no-yo” donde nos dice que el ser humano está criado en los cinco agregados que al ver como se forman y están en constante cambio e interacción y al fluir podemos encontrar esa liberación del sufrimiento que es un entendimiento el cual hace que disminuya ese dolor o sufrimiento y así poder experimentar una vida más plena. En la tercera noble verdad Buda dice que hay una cesación al dolor, lo podemos eliminar, podemos desterrarlo pero es algo que no es permanente, es algo que podemos encontrar, es esa libertad, ese entendimiento profundo de quien soy yo usando la perspectiva del zen y entonces él dice hay una cura a ese sufrimiento, no todo está perdido, lo que es interesante aquí es ver como las cuatro nobles verdades a veces se asemejan a un diagnóstico, a una práctica como de medicina, a Buda le decían que era como un doctor, como en los pasos de cualquier enfermedad primero hay síntomas, de ahí hay un malestar, nos preguntamos ¿qué está sucediendo? y es ahí la primera noble verdad,  la segunda noble verdad es ir al doctor, quien nos dice que es lo que tenemos, la razón por la cual estamos enfermos y la tercera sería cuando el doctor nos dice hay una cura o tratamiento. 

Buda menciona que la cesación del sufrimiento es “nirvana” (sánscrito) o “nibbana” (palí), es una palabra que significa apagar o extinguir algo que cesa, comúnmente se usa el ejemplo de una vela, la vela está prendida y uno la apaga, eso sería nirvana, es la cesación de algo, algo que se detiene. Esta palabra ya tiene mucha carga e interpretaciones, una de ellas es que si la comparamos con el pensamiento católico sería “el nirvana es el cielo de los budistas”, Buda entro al nirvana es decir Buda entró al cielo. Nos podemos confundir un poco porque al escuchar esa palabra podemos estar orientados a una meta sobre la práctica y a veces nos cuesta trabajo entender que esta práctica es para la vida cotidiana. Entonces ponemos el nirvana como algo inalcanzable o pensar que es un estado donde voy a dejar de sufrir completamente o que es un estado de felicidad completa. Y es ahí donde nos cuesta trabajo entender la práctica de una manera simple. 

Me gusta como el maestro inglés Stephen Batchelor define la palabra nirvana, dice que es la cesación de una actividad que tenemos, un momento donde cesamos esa avaricia, odio e ignorancia. Cuando llega ese momento de cesación en el budismo se llama de los tres venenos, hay una liberación y volvemos a caer a nuestro condicionamiento, no es algo eterno, es algo que se debe cultivar a través de la práctica, nos caemos y nos volvemos a levantar pero ya va haber un despertar y ahí es donde la práctica empieza a tomar sentido, claro que vamos a repetir lo que nos ha llevado a ese estado, lo experimentamos cuando meditamos, hay un momento de quietud, de paz, de algo placentero, el hecho de sentarnos y conectarnos con la respiración hay algo, vemos en nuestro corazón que algo está pasando. Es muy difícil de describir o de expresarlo. Ya con esa probadita que nos dieron desde la primera vez recurrimos hasta que se vuelve un buen hábito, una práctica, una disciplina. El maestro hace énfasis en que el nirvana debe ser entendido en lugar de una experiencia de reactividad en estos tiempos es un momento o pueden ser largos períodos donde los tres venenos ya no dominan nuestra mente entonces podemos experimentar una sensación de libertad, quietud y estabilidad, esa es nuestra base dhármica, donde empezamos y de ahí responder a nuestra vida muchas veces de gozo y también de tristeza, respondemos de una manera más sabia y compasiva a lo que estamos experimentando, él también dice que en vez de que sea una meta de la práctica más bien es el centro de nuestra práctica, cada momento es experimentar las cuatro nobles verdades, es algo que no son verdades o acciones sino que son tareas o quehaceres, algo que tenemos que hacer, así como nos lavamos los dientes, nos bañamos, así son estas cuatro nobles verdades, la primera es aceptar la vida de una manera completa y al aceptarla nos volvemos responsables de nuestro ser, la segunda noble verdad es soltar lo que surge cuando nos apegamos o nos enganchamos a hábitos que simplemente no nutren, solo causan más dolor, un practicante de budismo tiene que practicar o entrenarse en tres niveles, el primero es el cuerpo o la acción, el segundo es el habla y el tercero que es el más difícil es el pensamiento, muchas veces dudamos de nuestra capacidad para hacer algo, de los miedos o de esa voz que está ahí y es negativa, tal vez ya cambiamos físicamente pero nuestra habla es difícil de controlar, entonces es soltar lo que surge o experimentamos, no engancharnos. Fluir y hacer las cosas que tenemos que hacer.

 La tercera es ver como se calman las cosas, ver como el pensamiento surge, por ejemplo cuando hay una plática interesante o “chisme” y estamos practicando el habla correcta, ya sabemos que el chisme no es bueno, ni quejarse todo el tiempo, al tener ya un poco de práctica ya estamos atentos y sabemos controlarnos para no continuar esa plática que a veces se puede convertir en tóxica. El impulso surge pero no actuamos entonces cesa, puede ser una dimensión del estado de nirvana. La cuarta noble verdad es el actuar, aquí es el óctuple sendero, del cual les voy a hablar un poco, él dice si uno vive de una manera atenta más sabia y compasiva, tener un sentido de cuidar nuestra vida y sobre todo reconociendo como la vida está condicionada, como todo surge, el hecho de ser un ser humano, de estar vivo, como al entrenarnos podemos ver ese potencial a través de la meditación y estar atentos, ver esa capacidad de estar libre de reactividad poniéndolo en palabras más comunes, cuando una persona es neurótica, todos tenemos un poco de neurosis, esa neurosis cuando nuestras percepciones erróneas nos atrapan y entonces estamos en un momento de reactividad, simplemente estamos reaccionando a lo que estamos experimentando. Aquí la tercera noble verdad y hay un ejemplo clásico en el budismo que dice, es como cuando uno tiene una pelota o palo y se lo aventamos al perro, el perro siempre va ir por el palo y lo regresa al dueño, entonces cuando uno se encuentra un tigre o puma, este no va ir tras el palo sino por la persona que lo aventó, esto va directo al grano del asunto, entonces reactividad es ir a recoger el palo y responder, es ir a quien realmente lo tiró, así es nuestra práctica, el zen lo ofrece, ir a la raíz del asunto, conocernos a nosotros mismos y aquí entramos a la cuarta noble verdad es donde nos dan el tratamiento usando el ejemplo del doctor, es el óctuple sendero y no precisamente tienen que ser consecutivos, los cuales son: el primero es tener una visión correcta, el segundo es tener un pensamiento o intención correcta, el tercero es tener una acción correcta, el cuarto es tener un habla correcta, el quinto es tener un sustentamiento correcto, el sexto es el esfuerzo correcto, el séptimo es la concentración y el octavo es la atención, estos son las ocho guías para experimentar o entrar al nirvana, dejar de estar en ese estado de reactividad o neurosis que nos causa sufrimiento. 

La palabra correcta originalmente es “samma” que quiere decir como algo que está completo, algo a lo que no le hace falta nada, tener una visión completa de las cosas, a mí me gusta utilizar la palabra apropiada porque las condiciones cambian, tener la visión de ciertas cosas ahorita tal vez en una semana sean diferentes, es tener el entendimiento apropiado para la situación. Estos ocho pasos se dividen en tres ramas o categorías que son de entrenamiento, entrenamiento de la ética, el mental y el de la sabiduría, aquí viene algo importante que es cuando tenemos la ética que es la acción, el habla y el sustentamiento apropiado, Buda nos da los preceptos que uno va practicar para entrenar esa ética, para estar de una manera sabia enfrentado las cosas de la vida con acciones apropiadas, habla correcta y tener un sustentamiento correcto, ahí entrenamos la ética y eso va de la mano con el entrenamiento mental que es el esfuerzo, la atención y la concentración y eso es la meditación, es lo que casi todos practican cuando uno entra a la meditación pero no es todo el camino. A veces no vemos la diferencia o cambio en nuestra vida porque por ejemplo no tenemos un entrenamiento de la ética porque no nos esforzamos en nuestras acciones o sustentamiento. La meditación no crece. Todo esto es un ciclo o retroalimentación de este proceso y lo que es interesante es cuando vemos templos o cuestiones budistas siempre va aparecer una rueda con ocho ejes o rayos, la cual significa la rueda del dharma y se le llama así porque está en constante movimiento y es lo contrario a la palabra “duhkha” porque ésta significa cuando uno se estanca. Entonces es estar en constante movimiento, fluir practicando estos ocho puntos que Buda enseñó y esta es la cuarta noble verdad.


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Vision y Pensamiento

Visión y pensamiento

Entramos a la última cuarta noble verdad que es realmente la práctica, que es hacer las cosas, ya no es tanta la teoría sino la vivencia, Buda desarrolla el óctuple sendero, son ocho puntos donde no son los números como tal, a veces practicamos el primero de ahí nos vamos al sexto pero todos están relacionados y esos ocho puntos están divididas en tres grupos o en tres tipos de entrenamiento, tres áreas donde vamos a practicar si queremos andar en este sendero budista las tenemos que llevar a cabo. Primero se divide en la sabiduría, después la visión correcta o entendimiento, el segundo es el pensamiento o la intención correcta, pertenecen al entrenamiento de la sabiduría y de ahí viene el entrenamiento de la ética que sería el habla, la manera de vivir, la acción correcta o apropiada, saber cómo conducirnos en esta vida para cultivar la práctica. La última parte de estos tres es el entrenamiento mental, pasamos más tiempo en ese entrenar de la mente, el esfuerzo y la concentración, mucha gente se queda en esa parte y no pone mucha atención en la ética, claro que falta ese complemento para que se dé la sabiduría porque también de esa forma ordenada las enseñanzas del Buda del uno al ocho que comienza con la sabiduría, la parte central que es la ética y por último la meditación, tiene un sentido. El camino no es lineal sino más bien es un ciclo, es lo que hace la rueda del Dharma, por decir un ejemplo el ciclo del agua. El camino se autoalimenta y a su misma vez se va profundizando el entendimiento de las enseñanzas y sobre todo el conocimiento de uno mismo. 

Voy a explicar la sabiduría, podemos decir que es la cosecha de nuestro esfuerzo o trabajo pero también para empezar el camino debe haber un poquito de sabiduría o entendimiento, el segundo paso es empezar a ordenar nuestra vida con las acciones, el habla, la ética con la que vivimos y de ahí fortalecer esos hábitos con nuestro entrenamiento mental, con nuestra atención y así sucesivamente podemos volver a caer y empezar con la sabiduría, es un ciclo constante. Estos ocho puntos se experimentan momento a momento, estamos trabajando al menos en uno en nuestra vida.

Buda comienza con la primera que dice la visión o entendimiento correcto/apropiado para empezar el camino debe haber un entendimiento de las primeras tres nobles verdades, la primera que es respecto al “duhkha” o sufrimiento, la segunda que surge y la tercera que hay un camino a ese estancamiento. Debe haber un entendimiento completo de esas tres primeras y por lo regular la visión la experimentamos con la número uno que nos dice que en la vida vamos a encontrar sufrimiento, el hecho de que estemos reunidos en la app de zoom es porque ya hubo un entendimiento de que había algo que no nos cuadraba  en la manera en la que vivimos, al estar reflexionando con ese dolor o esa experiencia empezamos una búsqueda de por qué sufro  y es ahí donde experimentamos la primera noble verdad, al experimentarla hay un poco de lucidez que es esa pausa de que la vida no es por acá, al hacer esa pausa y empezar a cambiar nuestro camino, nuestra manera de ver las cosas, es cuando empezamos a cultivar esa visión hacia la vida y si tenemos suerte nos encontramos con la meditación, nuestra visión se empieza a ampliar. Él dice entender y aceptar que ya estamos aquí, no hay otra forma de salirnos de esta vida. Aceptar esta vida tal y como es. Entender que somos seres humanos y que nos vamos a topar con insatisfacción, dolor, estrés, somos seres muy complejos y debemos aceptar eso. 

La segunda noble verdad es que surge, hay un surgimiento de esa perspectiva errónea de la vida por la ignorancia entonces entender que todo está cambiando, la impermanencia y que uno como ser también estamos en un cambio constante. Experimentar la fluidez de la vida. Por último esta visión viene en la percepción donde trabajamos en lo que percibimos. Entender nuestro  condicionamiento, que percibimos el mundo de cierta forma y que cuando uno llega a este mundo completamente puro y nuestros padres, culturas nos empiezan a enseñar cómo vivir esta vida, en esa formación a veces hay cosas que vienen de una percepción errónea, creencias, valores, tabúes, condicionamientos que nos hacen ver la vida de cierta forma, la práctica lo que hace es que esos filtros caigan y al caer vamos a percibir la vida tal y como es, la meditación nos va ayudar a eso. 

En el zen decimos muchas frases con sentido común, si estás cansado pues duerme, cuando estás hambriento comes, así de simple. Es entenderlo de una manera simple y un poquito más profunda.  La meditación va ser ese microscopio para ver de una manera granular como funcionamos, entendernos mejor y ahí estamos cultivando esa visión correcta, también tiene que ver con todas las enseñanzas budistas las cuales caen en estas cuatro nobles verdades, aquí está el origen. Estos ocho pasos son los que se necesitan para la práctica.

El segundo es el pensamiento apropiado o correcto, es interesante porque el pensamiento tiene mucha fuerza, es un condicionamiento muy fuerte entonces el tener el pensamiento apropiado nos va ayudar a la liberación, si nos damos cuenta casi todo el día nos la pasamos hablando con nosotros mismos, si no hemos tenido la oportunidad de meditar pues es un hábito donde vivimos la vida con un filtro muy grande que es el filtro del pensamiento. Todo lo racionalizamos y es parte de como funcionamos, es algo de lo que necesitamos, la forma en como nos desenvolvemos en la sociedad. Algunos pensadores y maestros espirituales dicen “el hombre ha evolucionado tanto el intelecto del tal forma que no está balanceado”, hay cosas que no pertenecen al intelecto, que no entran a la razón. La ciencia es trabajar ese intelecto y probar cosas pero por ejemplo el arte, es otro mundo donde casi el intelecto no entra mucho, es más del corazón por decirlo así. 

Aprender que todo lo que pensamos y sobre todo la mayor parte a veces son pensamientos negativos, eso nos va a llevar a actuar de cierta forma que nos va causar sufrimiento y es ahí la importancia de cultivar pensamientos positivos. Buda se refiere a los pensamientos de empatía, de compasión, paz, a los buenos deseos hacia nosotros mismos y hacia el otro porque eso nos va ayudar mucho en el camino del despertar. Hay que tener fe y la confianza en la práctica, en el proceso no solo es sentirnos bien es un poquito más allá de eso. Mi maestra dice esto no es un programa de superación personal es más profundo, es un despertar, es un entendimiento profundo de nosotros mismos, es un gran regalo saber quiénes somos y como funcionamos para andar en esta vida de la mejor manera.

Regresando al tema de tener la intención apropiada, nuestro primer despertar de asombro es cuando nos damos cuenta en la práctica que no somos lo que pensamos cuando en verdad aprendemos a desengancharnos, aprendemos a ya no identificarnos con todo lo que pensamos, es un alivio enorme y esto sucede con nuestra práctica formal al sentarse. El estar aquí y ahora empezamos a ver la realidad tal y como es. El pensamiento siempre va surgir pero lo que si se va detener un poco va ser la charla interior, al no ser tan esclavos de esos pensamientos, se abre un gran espacio y veremos los pensamientos tal y como son, es parte de nosotros, los necesitamos pero no es todo, no somos todo lo que nos decimos todo el tiempo. Surgen y se van.  Podemos toparnos con situaciones de estrés y vamos a responder un poco más calmados. Nos vamos a dar cuenta que podemos escoger y dirigir nuestra atención en lugar de alimentar pensamientos negativos.

Recordé una historia chistosa, en un retiro en Upaya estaba una practicante y notó que un residente siempre llegaba a lo último a la sala de meditación, por lo cual estaba molesta y más que era su compañero de cojín, su mente le estaba diciendo toda la historia “¿Por qué llega tarde? Debería ser el ejemplo” y así estuvo dos días pensando eso, llegan las entrevistas, se acerca con la maestra a decirle que estaba muy molesta porque había un residente que siempre llegaba tarde, que hay reglas y la maestra le pregunta ¿quién es?, la practicante le dice el nombre y la maestra le responde que es la persona que toca el “hang” para llamar a la meditación por eso es la última en entrar. Esto es un ejemplo de la fuerza de los pensamientos. Buda nos dice tener el pensamiento apropiado, cultivar los pensamientos que nos van a nutrir. Un maestro me dijo que el límite era el cielo en la práctica, no te limites, no creas que no puedes, algo que pasa a veces en el Dharma es sobre la parte económica que no es excusa para no practicar. Las cosas siempre llegan, no dudes de como el Dharma se puede abrir, simplemente pon atención.

Para terminar en el libro de “El corazón de las enseñanzas de Buda” de Thich Nhat Hanh da cuatro ejercicios para practicar con lo de los pensamientos: el primero es si estamos seguros de lo que pensamos, el segundo es darse cuenta de lo que estamos haciendo cuando pensamos como quien dice aterrizar, el tercero saludar esos pensamientos como si fueran tus amigos (no precisamente tienen que ser tus “mejores amigos”) y el cuarto es el pensamiento “bodhicitta” que es toda una plática Dharma, es tener la aspiración o intención de despertar para el beneficio de otros seres, tener fe en la práctica, no hay que minimizarla, la práctica es importante para uno y para todos. Tener ese amor bondadoso y confianza en ese silencio que pasamos cuando meditamos.


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Entrenamiento De La Sabiduría

Entrenamiento de la sabiduría

Continuando con las pláticas de las cuatro nobles verdades, la cuarta noble verdad es el corazón de las enseñanzas budistas, la esencia de la práctica, todo lo que se requiere para cultivar una vida armoniosa y feliz con menos sufrimiento y sobre todo entender al ser humano, darle un significado a nuestra existencia. Por qué estamos aquí y no tanto descubrir él porque es más bien aprender a navegar nuestra vida y entenderla de una manera profunda, cuando la entendemos, entendemos nuestro ser, vamos a la raíz del asunto, hay mucho alivio a nuestro dolor o sufrimiento. Es un despertar. Hay demasiada comprensión y entendimiento de las cosas. De ahí uno puede vivir más tranquilo, es decir de una manera sabia, compasiva y amorosa donde uno vive más feliz. Es el regalo de la práctica. Es una disciplina, un camino donde tenemos que hacerlo, es transformar nuestro condicionamiento humano, despertar de la ignorancia que es lo que nos hace sufrir. 

El óctuple sendero se divide en tres prácticas: la primera es la sabiduría, la segunda es la ética y la tercera es la mental es decir la meditación, por lo regular cuando uno encuentra la meditación nos enfocamos más en la tercera parte pero esto solo es un tercio del camino, hay dos prácticas que se deben cultivar. Estos puntos no tienen un orden específico, todo de cierta forma está unido, la forma en que Buda lo presenta tiene sentido, es un ciclo, es una retroalimentación, la práctica no es lineal. 

Buda empieza con la sabiduría donde menciona dos puntos: la visión o entendimiento correcto de las cosas y la segunda es el pensamiento correcto o la intención correcta. Voy hablar de la visión, Buda empieza con eso porque es ver, entender, es darse cuenta. El estar aquí reunidos mediante zoom, al estar practicando ya hubo una visión correcta, empieza en nuestra vida cuando nos comenzamos a preguntar si lo que estamos haciendo me causa sufrimiento, esa confusión de por qué hay dolor, pérdidas, ahí empieza el cultivo de la visión o entendimiento correcto, al hacer esa pausa ahí empezamos a despertar, con la práctica de la visión y después vendrá la búsqueda, Buda se refiere a tener la visión y entendimiento de las primeras tres nobles verdades: la primera es que en la vida vamos a experimentar sufrimiento, al experimentar y aceptar esa verdad en un nivel mínimo o mayor,  ya estaremos cultivando la visión correcta; la segunda es entender como percibimos nuestra vida, lo que estamos experimentando como seres humanos, es ahí donde Buda dice que con la visión correcta nos va ayudar a ver muchos hábitos, muchos condicionamientos y creencias que han sido puestas por generaciones de tal forma que creemos que la vida debe ser de cierta forma. Nuestro actuar o manera de percibir las cosas es con un filtro, Buda nos enseña a tener el discernimiento, una percepción errónea es el no entender ni experimentar la impermanencia, casi todos vivimos la vida como si fuera eterna. Nunca nos ponemos a reflexionar en esa impermanencia, ahí entra la segunda noble verdad, todo es impermanente, estamos en ese fluir constantemente y tenemos que aprender a vivir en esa impermanencia que a veces es dolorosa y otras veces un alivio. Por ejemplo la pandemia, podemos decir que gracias a la impermanencia va ser un alivio porque de cierta forma se va a terminar, lo que no sabemos es cuando pero la pandemia no puede ser eterna. Buda habla de esa visión correcta en el entender esas enseñanzas o método que estamos haciendo, el que es meditar, esto también está relacionado con la sabiduría pero en tanto conforme vayamos practicando y cultivando, volvemos a empezar, es una retroalimentación. Todos los puntos del óctuple sendero tienen que ver entre sí y cuando termine las pláticas vamos a volver a regresar al primero, cuando uno practica la meditación se cultiva la sabiduría con el hecho de sentarse y empezar a ver nuestros procesos mentales, emociones y el estar más atentos. Ahí comenzamos a cambiar nuestro rumbo en la vida. 

Buda dice que la visión correcta es distinguirla, por ejemplo él le llama las semillas del amor, de la paz, de la compasión y todo eso está en nuestro corazón y así como hay semillas buenas también hay semillas de odio, avaricia, ignorancia entonces es distinguir entre esas dos y ver cual vamos a cultivar. Hay un gran cambio cuando tenemos ese discernimiento, saber qué es lo que nos va servir y nutrir y que no. Aprendemos a escoger y es mucho a través de la experiencia, cuantas veces decimos “no lo voy a volver a hacer” y caemos porque no hemos creado esa resiliencia, ese esfuerzo correcto de frenarse y cambiar el rumbo.

El segundo punto es el pensar correcto o la intención correcta, cuando uno no ha aprendido a meditar o cuando uno no se ha dado tiempo para  contemplar o preguntarse ¿Cuál es esa vocecita que traemos todo el tiempo aquí dentro? Todo el tiempo nos estamos hablando a nosotros mismos, cuando no nos hemos puesto a reflexionar tienen demasiada fuerza en nuestra persona, es un condicionamiento muy fuerte de tal forma que vivimos nuestra vida basado en lo que pensamos, basado en las interpretaciones que nos hacemos a nosotros mismos, no tanto en lo que experimentamos, es interesante porque podemos ir a un lugar por ejemplo todos y vamos a tener diferentes experiencias y va ser basado en nuestra historia y en lo que estamos percibiendo, es por eso que Buda dice la semilla de la acción, de nuestros hábitos empiezan aquí, en el pensar.

 Si tenemos un pensamiento negativo o uno que no va cultivar las virtudes de un corazón amoroso, sabio y compasivo no se va dar. Por ejemplo si estamos en una dieta, es interesante que si nos ponen un pastel y el estar pensado, va a producir algo en nosotros con el solo hecho de pensar y puede ser que hasta en un plan pensemos para obtenerlo. La diferencia aquí es el pensamiento apropiado, es darse cuenta de lo que pensamos. Y es interesante porque toda esta práctica nos va llevar a darnos cuenta de todo lo que está aquí, la mayor parte son pensamientos negativos a nosotros mismos. Esa manera de pensar nos hace actuar de cierta forma que no nos beneficia. Como no creemos en nosotros mismos para hacer las cosas y nos va mal, nosotros mismos nos decimos “lo sabía”, ahí es todo un camino de sufrimiento entonces darse cuenta como la práctica nos va ayudar con ese tren de pensamientos que se va desenganchar cuando ya lo dejemos significa que ya no nos vamos a identificar con lo que pensamos, va haber una liberación al darnos cuenta que no somos lo que pensamos, es un alivio enorme. Ya no seremos esclavos de lo que pensamos y eso no quiere decir que dejaremos de pensar, simplemente el pensamiento surge y muchos son positivos pero otros más son pura basura que no dejan ningún beneficio a nuestra vida y la práctica ayuda a eso, al regresar y ver esa fluidez de pensamientos que surgen y se desvanecen, vamos a empezar a entendernos más hacia nosotros mismos de quienes somos.

El maestro Thich Nhat Hanh nos dice practiquen cuatro puntos: el primero es  ¿Estás seguro que lo que piensas es lo que va suceder? en lo personal me ayuda mucho hacerme esta pregunta, con mis miedos e inseguridades al hacer esta sangha, ser el líder y maestro, el pedirles cosas que tiene que hacer me daba pena y un montón de prejuicios que sentía porque me he sorprendido que ustedes están en la mejor disposición de cooperar. Es por eso que está pregunta es clave. Hay una historia sobre pensamientos, el poder de los pensamientos es como cuando un cuate quería pedirle el favor a un amigo de que le prestara su carro, decía “mañana se lo voy a pedir”, veía a su amigo en la oficina, hablaba con él y no se lo pedía porque pensaba “capaz lo va usar” “capaz lo choco” y así día tras día haciéndose una historia del carro, en eso llegó su amigo y le dijo “sabes que ya no me prestes tu carro”.  Así nos pasa, con diferentes cosas y si la otra persona está un poco centrada nos va ayudar y despertar.

El segundo punto es ¿Qué estoy haciendo? Si uno quiere dejar esa charla interior, uno se tiene que enfocar en algo físico. Está es una buena práctica, en mi caso la hice cuando estaba entrenando en los templos. Cuando uno entra a un entrenamiento, hay una rutina, limpiar baños, cocinar y claro que empieza esa “charla” de que hago aquí, dudas, hay mucho silencio y éste es el espejo para ver nuestras mentes, yo cuando estaba trapeando el piso me preguntaba “¿Qué estoy haciendo? Pues trapeando el piso”. Como práctica pueden responder las siguientes preguntas ¿Qué estoy haciendo? ¿Qué estoy pensando? ¿Qué me gustaría hacer? Si las tres preguntas no están alineadas, nuestra energía está en otro lado. Estas tres preguntas sirven para cortar la charla interior y no estar mentalmente en otro lugar.

El tercer punto para cultivar el pensar correcto es cuando tenemos pensamientos negativos, simplemente es observar y como dice el maestro “¡Hola vieja energía!” Como si fuera un amigo pero no tan cercano, más bien un conocido tal vez que ande en malos pasos, lo reconocemos y no nos involucramos porque son hábitos, todo mal hábito que surge así hay que tratarlo, puede ser el enojo, la ansiedad, la impaciencia, entre otros.

Para concluir el último punto es un término donde la intención correcta está relacionada con la palabra “bodhicitta” que significa despertar el corazón, es tener la intención de despertar por el beneficio de otros seres, tener pensamientos más positivos y realmente cultivarlos, en mi caso casi por lo regular cuando sucede algo en mi familia siempre se veía lo malo de la situación, la invitación que hace Buda es ver lo positivo, tener esperanza. Es también observar y preguntarse ¿por qué no pensé de la otra forma? Dirigir esa energía y cultivarla para tener un corazón más bondadoso, con fe, con esperanza y sobre todo optimista.


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